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 El Uruguay Maravilloso *                                                                                                     De 1949 (Uruguay) a 1984 (Uruguay Hoy)

* Eslogan de un ciclo de cine organizado por la Comisión Nacional de Turismo (C.N.T.) en el año 1960. La C.N.T., creada en 1930, fue el primer organismo nacional dedicado al fomento y la promoción turística en Uruguay. Con la doble motivación de, por un lado, promover el turismo dando a conocer el país fuera de fronteras, y por el otro, impulsar el cine nacional, en el año 1960 la C.N.T. llama a concurso de realización de “películas turísticas” sobre Uruguay hechas por uruguayos. Para ello se organizó una Comisión Cinematográfica integrada por críticos, directores de cine-clubes (Cine Club, Cine Universitario) y arquitectos (el Arq. Armando Mattos por la C.N.T., el Arq. Alberto Mántaras por Cine Universitario, y el Arq. Florio Parpagnoli por Críticos Cinematográficos) para seleccionar los trabajos premiados, que luego serían las películas “La ciudad en la playa”, “El niño de los lentes verdes”, “Punta Ballena”, “En el balneario”, “Punta del Este ciudad sin horas” y “La raya amarilla”, exhibidas en el ciclo El Uruguay Maravilloso, éxito a nivel de espectadores.A partir de la crisis de los sesenta y hasta el golpe de Estado de 1973, surge, de autores como Ulive, Handler, Jacob, entre otros, lo que Martínez Carril describirá como cine urgente ³, de denuncia, militante, producto crítico de los tiempos que corren y anuncio de los tiempos que se avecinan. Aquí la expresión El Uruguay Maravilloso se vuelve sarcárstica, ajustándose asi a este momento histórico. Durante la dictadura militar, la Dirección Nacional de Relaciones Públicas (DINARP), órgano de propaganda del régimen autoritario, produce Uruguay Hoy, un informativo quincenal de 86 capítulos, que describía al “nuevo Uruguay que se estaba construyendo” Nuevamente, con otras vestiduras, El Uruguay Maravilloso.

Desde la academia: Hilos Rotos

 

Enclave conceptual: Control (1930-1980)

Modelo de corte ciamístico aplicado a la formulación del Plan Regulador de Montevideo (1930) y el Plan Director de Montevideo (1956). Trasunta una lectura unitaria y abstracta del hecho urbano y una postura optimista en cuanto a la posibilidad de controlarlo.

 

razón – verdad – función – orden – luz – claridad – utopía

 

 

Desde la gestión: Plan de Ordenamiento Territorial

 

Propuestas de ciudad alternativa (1930-1980)

 

En abril de 1928 se sanciona la Ordenanza sobre Higiene de la Habitación, que tiene por objetivo mejorar las condiciones generales de salubridad de la población, poniendo la edificación en armonía con los modernos principios de la higiene. A la aplicación de dicha ordenanza contribuyó la renovación de las modalidades arquitectónicas de los años treinta, coadyuvando ambas a la transformación paulatina de los tipos edilicios hacia una mayor extroversión, modificando la estructura de la manzana tradicional.

Fue la iniciativa privada la que primero promovió y financió una propuesta de ciudad alternativa, con el Anteproyecto del “Plan Regulador” de 1930, el cual tenía por objetivos acortar las distancias, concentrar la ciudad, densificar los centros, aumentar los espacios verdes. La finalidad última del Plan consistía en superar el caos urbano que denuncia, transformando la ciudad en un organismo eficiente, con la imagen moderna requerida por los sectores de poder económico auspiciantes.

En junio de 1946 se aprueba la Ley de División Horizontal de la Propiedad (propiedad por pisos y departamentos) Nº 10.751. La aplicación de esta ley tanto en la actividad privada como en la pública implicó una repercusión importante en el suelo urbano. Promovió el desarrollo del tipo edilicio de apartamentos en altura y entre medianeras, implicando cambios en la morfología urbana y en la densidad de habitantes de las áreas centrales y costeras próximas, así como en los bordes de avenidas y bulevares.

En diciembre de 1968 se sanciona la Ley Nacional de Vivienda Nº 13.728. Los sustentos ideológicos de la misma se apoyan en las teorías de planificación sostenidas, entre otros, por la C.E.P.A.L. y en una vertiente del pensamiento social cristiano, que impulsa el cooperativismo. Al mejorar las posibilidades de acceso a la vivienda, viabilizada mediante una gran inversión especialmente pública, transforma diversos sectores de Montevideo y define verdaderas partes de ciudad, pero denota una relativa falta de previsión de su incidencia urbana.

Las formas de intervención concretadas a partir de la Ley, se caracterizan por:

Conjuntos habitacionales que basan sus formalizaciones en las imágenes del urbanismo de los C.I.A.M., estructurados fundamentalmente por la repetición de bloques;

Conjuntos habitacionales realizados por el sistema cooperativo, en los que destaca la organización del espacio exterior semipúblico, en base a calles peatonales, sendas y jardines;

Edificios en altura, de apartamentos entre medianeras, de ubicación dispersa y generalizada en toda la ciudad, particularmente en vías jerárquicas y con especial concentración en las áreas de mayor cotización inmobiliaria.

 

 

Desde el medio audiovisual: La historia no oficial del cine uruguayo

 

El final de la guerra, la generación crítica, el segundo batllismo

Es el segundo batllismo, que se propone impulsar la industrialización del país, se nacionalizan ferrocarriles, petróleo, energía eléctrica, teléfonos, se desarrolla la previsión social, al amparo de una economía muy sólida por la venta de productos básicos a los países involucrados en la Segunda Guerra. El peso uruguayo llega a ser más fuerte que el dólar. Es un momento de optimismo que dura menos de una década. También, entonces, se puede pensar en una industria cinematográfica y desde 1950 hasta el golpe militar de 1973 se redactan pero nadie aprueba más de quince proyectos de ley. Pero lo que parece más significativo es que este período se abre con el referente de Marcha, el desarrollo de una crítica analítica y formativa en medios de circulación masiva, los comienzos de Onetti y de mucho escritor e intelectual, de los que el país guarda memoria hasta ahora. Después de Amigos del Arte, las revistas literarias, los cine clubes, la creación de la Cinemateca, de la acción de Torres García o de Margarita Xirgu, Montevideo y el Uruguay asisten a la creación por la sociedad y sin intervención del Estado, de las instituciones de la cultura artística.

En la producción cinematográfica, sin embargo, el cine que llega al público es el que manejan las distribuidoras comerciales, ahora directamente dependientes de Hollywood y mucho menos dependientes de Buenos Aires.

La generación literaria y crítica del 45 tuvo en efecto su real correlato en un cine llamado “independiente”, rodado en 16 mm., por lo general de cortometraje, donde varios títulos de la época (1948 hasta principios de los 60) vueltos a ver parecen talentosos, creativos y válidos.

Durante los años 60, una nueva generación de escritores (Eduardo Galeano el más notorio), plásticos, críticos y también cineastas introducen un énfasis crítico a ese cine.

Los del 45 realizan algunos documentales para la Comisión de Turismo con sentido muy cinematográfico (Musitelli, Maggi, Mántaras, entre otros). Y se suman de inmediato Mario Handler que vuelve de estudiar cine en Praga (aquí filma Carlos, Elecciones junto con Ulive, Me gustan los estudiantes, El problema de la carne), Mario Jacob (La bandera que levantamos), Walter Tournier (En la selva hay mucho por hacer), Walter Achugar como promotor. Es un cine urgente, testimonial y militante.

 

De la crisis de los sesenta al golpe del 73

En 1959 se produce la primera reforma cambiaria y monetaria, y Benedetti publica Montevideanos.

Es en este contexto que Ulive, Handler, Jacob y otros cineastas producen ese cine urgente, que se centra en la Cinemateca del Tercer Mundo.

 

La dictadura, insilio y exilio

En cine los militares producen un noticiero [Panorama y Uruguay Hoy], apoyan un largometraje muy folklórico y hasta patriótico (Gurí, 1980). En la distribución cinematográfica completan su dominación las transnacionales norteamericanas.

 

Mapeo de la ciudad filmada

 

Uruguay

US Office of Inter-American Affairs, 1949

La ciudad en la playa 

Ferruccio Musitelli, 1961

La raya amarilla

Carlos Maggi, 1962

Carlos

Mario Handler, 1965

Llamadas

Mario Handler, 1967

Me gustan los estudiantes

Mario Handler, 1968

Liber Arce, liberarse

Mario Handler, 1969

Uruguay Hoy

DINARP, 1979-1984

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En este largo período identificado como El Uruguay Maravilloso, se reconocen tres etapas diferenciadas en el imaginario cinematográfico y su producción: la etapa moderno-optimista, la etapa urgente, la dictadura. Sin embargo, desde la academia y la gestión de la ciudad, todo este período se engloba bajo un único modelo discursivo urbanísitico, que Alemán identifica con el rótulo de Control.

 

El modelo Control, tiene sus orígenes en el Movimiento Moderno, y se manifiesta en ambiciosos planes para Montevideo. Este nuevo modelo define la ciudad como artefacto dominable y, una vez más, rompe con el modelo anterior: «el nuevo plan busca dejar atrás el urbanismo esteticista y sus propuestas fragmentarias; se propone trascender el detalle y mirar lejos y en grande.»  

Es así que algunos filmes de este período nos presentan, también, una ciudad nueva «la ciudad inventada»  , Montevideo se ve como un modelo de ciudad que reconstruye, a través de diferentes postales urbanas, la ciudad ideal.

Es una época donde la ciudad moderna (con su arquitectura, sus edificios en altura, sus avenidas y su estilo de vida primermundista) se presenta, en el cine, como lo único que hay para ver, y por tanto, como el único modelo que hay que seguir. En este sentido, los filmes intentan mostrar cómo esa ciudad es experimentada y disfrutada, cómo es aceptada y percibida.

Las películas promovidas por la C.N.T. recorren parte de la franja costera de la ciudad (Parque Rodó, Punta Carretas, Pocitos y Buceo), exhiben los edificios de la modernidad, transmitiendo el espíritu de una época. Estos espacios se muestran radiantes, animados, colmados de gente disfrutando del espacio público –rambla y playa-, desde vehículos en movimiento e incluso desde el cielo.

En paralelo, comienza a aparecer un cine que intenta reproducir la realidad, que comienza a documentarla y a encontrar un camino que se separa lentamente del Uruguay Maravilloso de la C.N.T., para pasar a exhibir una realidad más cruda.

Se da paso así a otra etapa, que produce otro cine, que sugiere el clima que se comienza a vivir. Es un cine que marca el fin de la utopía moderno-optimista. Son historias en las que predomina la crítica social. Hablan de las zonas oscuras de la ciudad, que filmes como los realizados para la Comisión Nacional de Turismo, por evidentes motivos, no muestran. La imagen de la ciudad es otra.

Incluso cuando se exhiben lugares ya retratados por películas anteriores, como la rambla o el centro de la ciudad, la imagen que se construye a su alrededor es otra. Responde activamente a la situación del momento. Protesta ante esa nueva realidad.

La ciudad aparece transformada, atacada. Los grandes edificios –hitos- de otras épocas aparecen como testigos de la época, y así se perciben. Hay una idea de ciudad tomada, que se ha salido de control –control en tanto enclave conceptual-. La experiencia simbólica de la ciudad ha cambiado.

Durante el período de la dictadura militar la producción cinematográfica quedó paralizada ante la censura, la prohibición, la persecución y el exilio de varios de sus realizadores. Los documentales para cine y televisión filmados desde la DINARP con objetivos propagandísticos del régimen, construyeron otro imaginario urbano, que se caracterizó por idealizar el campo sobre la ciudad, exhibir obras de infraestructura, y enseñar la ciudad como un espacio en orden. 

A su vez, buscan exaltar los valores de la nación a través de la exposición de elementos urbanos y arquitectónicos notables de la ciudad.

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